El sector no lucrativo o el denominado tercer sector ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, en especial desde la aprobación de la Ley de Fundaciones y de Incentivos Fiscales a la Participación Privada en Actividades de Interés General del año 1994, marco que se consolidó en el año 2002 con la aprobación de la nueva ley de fundaciones y mecenazgo y la Ley Orgánica reguladora del derecho de asociación.

 

Se trata de un sector activo en múltiples campos como la acción social, la educación, la cultura, la investigación, el medioambiente, la cooperación al desarrollo o la innovación, entre otros muchos. Las fundaciones y asociaciones que lo conforman son entidades operativas que desarrollan sus propios proyectos, que financian proyectos y actividades de terceros o que provee bienes o servicios a otras personas o entidades o a las propias administraciones públicas.

 

La regulación de estas organizaciones ha ido evolucionando al tiempo que lo ha hecho el sector, y su gestión requiere cada día una mayor profesionalización y especialización. El análisis de su régimen jurídico abarca desde cuestiones tradicionales como el régimen administrativo de supervisión de las fundaciones o las formas de financiación de las entidades sin fines de lucro, a regulaciones mucho más recientes que han afectado a todo tipo de personas jurídicas pero que presentan ciertas especialidades. Entre ellas, sus obligaciones en materia de prevención de blanqueo de capitales o las derivadas de las distintas legislaciones en materia de transparencia.

 

Asimismo, el desarrollo de la filantropía o la responsabilidad social corporativa implican una imbricación y una colaboración cada vez mayor de los sectores privado y público con el denominado tercer sector, que abre nuevas perspectivas a los distintos actores que operan a su alrededor. Mas información


 


 

 
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